Guardarlos acostados: Lo más recomendable es mantener los vinos en posición horizontal en un lugar fresco y aireado.
Evitar luz directa: Ya sea de sol o alguna lámpara. Así evitamos la evolución temprana de los vinos.
Evitar aromas fuertes: No ponerlos junto a la estufa o donde almacenes los alimentos. Estos aromas se pasan al vino lo que termina modificando su aroma y sabor al momento de degustarlos.